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LA ALJABA DE EROS

 

 

 SONETOS DE LA OSADÍA

I

 

Peligros del amor, todo patrañas...

El peligro es que nunca ocurra nada.

Yo quiero la tormenta desatada

de tu mar, y los riesgos que entrañas.

Yo espero distinguirme en las hazañas

de verte victoriosa o derrotada,

de verte enamorando, enamorada,

de ver cómo te entregas, cómo arañas...

Yo quiero que se enreden nuestras naves

y haya lucha tenaz, haya abordaje.

Yo quiero que combatas como sabes,

con astucia y dulzura, con coraje.

Yo prefiero caer en este asedio

que morir de una ráfaga de tedio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IRREMEDIABLE SONETO DE LA CULPA

 

 

No pienses que su enfado es casual.

Seguro que le hundiste alguna puya

y ahora te sorprende que le influya,

porque a ti te parece tan normal.

De manera invisible y casi astral

todo lo que le ocurra es culpa tuya.

Acostúmbrate ya a que te atribuya

la causa de su pena y de su mal.

No lo comprenderá tu entendimiento

pero tú vas a ser el responsable

de que no quiera hablar o de que hable,

de que fuera llovizne o haga viento...

No busques una excusa, un argumento,

y declárate ya como culpable.

 

 

 

 

 

 

SONETO DE LA GRAN CONVERSADORA

 

 

Llega la enfermedad y uno deplora

tener que conversar o ver a gente.

Mi amada sin embargo lo consiente

y comienza a charlar, y habla y perora

minuto tras minuto, hora tras hora.

Yo la he visto charlar convaleciente.

Yo he sentido la brasa de su frente

y la he visto sudar conversadora.

Y si enferma no calla, estando sana

contará cada historia que recuerde.

Yo no sé de qué fuente el agua mana

pero riega los campos de mi vida,

y aunque a veces la deja confundida

me la tiene dichosa y toda verde.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

© 2015 DANIEL LÁZARO ABOLAFIO

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