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DANIEL LÁZARO, VISIONARIO  APOCALÍPTICO: DIARIO DE UN HOMBRE-PÁJARO

 

 

Diario de un hombre-pájaro es una fantasía apocalíptica que inaugura en poesía, si no me equivoco, el género de la ciencia ficción. No está exento de un humor sombrío ni, en algunos momentos, de un lirismo tétrico. Antes que escribir un poemario ecologista, me propuse sobre todo crear una atmósfera poética vagamente opresiva, fantástica y sugerente. Su protagonista es un profesor del próximo milenio que, como la mayor parte de la humanidad, no vive ya en el suelo, sino en colonias que orbitan en trayectorias preestablecidas.

 

 

 

 

DOMINGO, 30 DE MARZO

 

Simulacro de evacuación

en la Colonia Esplendores.

Desde el balcón de mi casa, abstraído,

he mirado partir las lanzaderas,

y a la gente apretada en los embarques.

 

Una inquietud muy extraña

me sobrevino después.

Me parecía escuchar

un chasquido en las turbinas...

 

 

 

 

 

MIÉRCOLES, 2 DE ABRIL

 

He soñado que corría por una playa desierta

y que la arena cedía a mis pisadas con su blandura gentil,

como si hundiera los pies en un colchón de plumas,

que la arena era leve y moldeable

y el agua acariciaba mis tobillos,

y mi cuerpo fatigado se tendía después,

y la arena era un polvo diminuto entreverado de cristales,

minúsculos cristales como de luz apresada,

y yo apretaba en la mano su tersura y la dejaba caer,

yo me sentaba en la arena y contemplaba embebido, reverente,

el chorro que escapaba de mis dedos,

la dorada cosecha de los granos,

que el tiempo madurara en el pasado, en los siglos antiguos,

con su molino de horas sobre las rocas tenaces,

felices siglos perdidos...

He soñado que corría por una playa desierta

pero ahora, al despertar,

un resto de sonrisa naufraga por mi boca

y en la mano aprieto todavía la sábana arrugada...

 

 

 

  

 

VIERNES, 11 DE ABRIL

 

La mañana en el aula. Geografía Antigua.

Júbilo al anunciarles, de improviso,

un filme documental. Su título: La Selva.

Y un silencio reverente, inesperado.

Adormece el verdor, la fronda acuna,

y el bosque amansa a mis fieras...

La abigarrada profusión, la anchura,

el cauce milagroso de los ríos,

la vida que ocultaba en su interior...

Como si fuera una nana, arrulladora,

la proyección los hipnotiza.

 

 

 

 MARTES, 2 DE MAYO

 

Mediterráneo Antiguo: Ciudades Sumergidas,

anunciaba el folleto. Y me embarqué en la aventura-

en el doble sentido de partir y atreverse,

porque es un riesgo, a veces, recordar.

Pero qué emocionantes vacaciones, sin embargo...

Peregrinar hacia el fondo,

aguas abajo,

buzo de nuestros años más felices

buscando en los abismos las perlas de la Historia:

Atenas y Roma, Estambul, Dubrovnik...

Silenciosas avenidas, semáforos dormidos,

y ciudades tomadas por los peces-

Alejandría, Marsella...

 

Peces que se pasean agrupados, irónicos transeúntes,

o que salen afuera de repente

desde un portal inesperado

como una nube de oficinistas bulliciosos.

Una raya escapando de un balcón-

Barcelona, Palermo-

como una blusa raptada por los vientos,

o la puerta que ondea en la corriente

cual pendón agitado por la brisa,

maravillas amargas, asombro y desconsuelo...

 

 

© 2015 DANIEL LÁZARO ABOLAFIO

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